sábado, abril 28, 2007





ADIOS JOSÈ WATANABE: TU SABIDURÌA FUE SUFICIENTE



El ángel no deseado

Esta noche ha vuelto mi ángel a husmear mis desechos,
a investigar mi vida con artificiosa delicadeza.
Mi ángel es de usos nocturnos, presiento
sus ojillos, su pequeña figura engordando entre los residuos,
me despierta
sólo con el peso de su presencia, sin palabras, sin trompetas,
sólo con el batir de sus alas sobre mis papeles, sobre mi ropa.
Nunca lo he visto, no conozco sus ojos,
no está entre la castiza colección de ángeles de Alberti,
sólo encuentro su inefable pestilencia cuando quiero asesinarlo
y sólo sus chillidos huyendo
y mi propia angustia en medio de las habitaciones.
Sin embargo mi ángel me conoce bien,
sabe que puede destruirme y cada día practica nuevos atrevimientos,
lo aguardo con un garrote
pero sabe que me temblará la mano cuando él me mire encrespado
de odio,
incomprendido.
Esta noche ha vuelto, está batiendo sus alas, sospecho claramente
las palabras que nunca dice
y que me invitan a un peligroso entendimiento:
Una angustia permanente
-buen tema para poetas, buen aliciente para mantener
la vocación-
a cambio de su albedrío por mi casa, a cambio
de no dejarle veneno o ratonera en los umbrales.

martes, marzo 20, 2007

lunes, marzo 12, 2007


POEMAS DE FERNANDO PÉREZ POZA




¿Quién soy? ¿Por qué escribo? ¿Qué busco? Son preguntas de difícil respuesta. Un día una amiga psicóloga me dijo: ¿Si no fuera persona, qué te gustaría ser? Y yo contesté: gaviota. Y si no fuera gaviota. Aire, mar, cielo, contesté de nuevo. Y casi sin analizarlo, me dijo: ¿Sabes lo que tú eres? Pues un soñador.

Mi vida se ha desarrollado entregado a los movimientos asociativos de tipo juvenil, sindical, cultural y de defensa del consumidor. Actualmente tengo 49 años, vivo en Pontevedra, España, ciudad en que ha nacido, y soy propietario de una pequeña editorial denominado El Taller del Poeta, que lleva ya publicado 164 libros de autores de todo el mundo, principalmente de poesía.




EL CANTO DE LA SIRENA

Al poeta mexicano Roberto Reséndiz,
en las horas tristes que suceden a un naufragio.

Has probado
el lecho de la hembra submarina,
la picadura mortal de la sirena,
sus cálidos senos,
el almendrado vientre,
ignorando el consejo de la divina Circe.

Has sentido
su pisciforme atracción fatal,
el néctar de su voz,
la voz del agua,
su canto lleno de promesas,
y ahora estás herido de ausencia,
tritón irritado, neptúnico ulises,
atado al mástil de tu propia vida,
el mismo que tú plantaste en el jardín del tiempo.

Sabes con certeza
que jamás volverás a oírla
y la has visto alejarse,
con paso tenue, a escama descubierta.
Desconoces el nombre de la ínsula que habita
esa hechicera que derribó
los muros de tu sacra Babilonia.

Era la rueda encerrada en el círculo,
el último delirio, el que jamás se olvida,
el hada de terciopelo que decía Baudelaire
o quizá,
simplemente,
una quimera
que te volvió realidad
el corazón.



Enero 2007©Fernando Luis Pérez Poza
Pontevedra. España
.
www.eltallerdelpoeta.com



YO RECLAMO

Yo reclamo el mundo para mí,
toda la tierra y el agua
que existe
bajo el cielo.

Reclamo el aire que respiro
y cada estrella
que habita el firmamento.

Lo reclamo todo porque es mío
y se encuentra inscrito en mi memoria,
atrapado en el iris de mis ojos,
registrado en el notario de mis letras.

Amo cada arruga de la vida,
cada pliegue de sueño que desborda el horizonte,
cada gota de almanaque que derrama el tiempo
y se diluye en el latido de mis vértebras.

Soy el propietario universal de mí mismo,
insigne albacea de la nada,
digno sucesor de dios en la olla del destino,
pero, aquí, entre nosotros, te diré
que estoy dispuesto a renunciar a todo eso
por sentir la tangente de tu cuerpo
perpendicular a la tierra y paralelo al mío.


Agosto 2006©Fernando Luis Pérez Poza
Pontevedra. España.
www.eltallerdelpoeta.com




LA MANZANA DEL EDÉN

Hay fragmentos de aire que aún huelen a ti,
a la manzana que colgaba del árbol
y no nos quiso ver, a la serpiente que escapó
tallo abajo por la cloaca del tiempo
mientras la semilla del agua cruzaba
el río lento de la desesperación.

Eres vapor, flor de humo, nenúfar de silencio.
Eres la única magia de un tambor que resuena
en el más allá del oído, donde la lágrima
deja de ser agua y el corazón extirpa
la nube de un bisturí equivocado.

Yo no sé de tu piel, ni de tu vientre,
ni de la latitud exacta de tus pechos,
ni del ombligo que roe la rosa de los vientos
cuando te miro allá lejos, fría pócima
estallada en el marfil de la distancia.

Sé de tu olor y de tu pelo
y de tus ojos poema que cuecen
murciélagos sin dueño en mis huesos.
Sé de la humedad con brizna de pétalos
que sostiene tus labios,
el aire ciego de un éter de mariposa
que me sabe a eternidad.

Abril 2006©Fernando Luis Pérez Poza
Pontevedra. España.

www.eltallerdelpoeta.com




SE BEBE EL OCÉANO A LOS MUERTOS

Se bebe el océano a los muertos,
uno a uno, como negros caramelos de miseria;
vacía en su estómago la cal de los huesos
que aún no ha sido capaz de robar el hambre,
y a nadie le resulta extraña
su larga digestión desmemoriada,
su empacho de tiburón canibal,
el fúnebre obrar de su intestino
cuando devuelve a la playa
el residuo más mudo del silencio.

¿Quién cerró con llave el horizonte?
¿Quién tejió la horca de las olas?
¿Quién empujó a la mar el kayuco o la patera?

Se bebe el océano a los muertos,
los tritura con saña en su corazón de sal,
los mastica con dientes de gigante
y los reboza en bilis inhumana.

Y nadie dice nada.
Y nadie sabe nada.
Y nadie siente nada.
Y lo que es peor:
Nadie hace nada.

Se bebe el océano a los muertos
y aquí seguimos todos, empeñados
en coser fronteras de alambre,
cavar tumbas sin lápida
y negar el paso a la madrugada.

Marzo 2006©Fernando Luis Pérez Poza
Pontevedra. España.
www.eltallerdelpoeta.com




DIOSA DEL MACCHU PICCHU

Alas sobre el cielo,
sobre la niebla, sonrisa
vertical de las alturas
dominando el aire,
el éter, diosa
que camina sin zapatos
por las nubes
y dilata el corazón.

Mi voz se vuelve llanto,
cuando te pienso,
mi abrazo, viento
que se adhiere al sol
cuando te abraza,
mi boca lluvia de azul
cuando te besa
desde más allá del firmamento.

Tu cuerpo enhebrado a la roca
como un mágico vestigio
que destila el universo,
cometa sin hilo que atrapa
la corriente de mi sangre,
enredadera astral
por la que trepan
todas las esencias
y se hunden los abismos
.

Diciembre 2005©Fernando Luis Pérez Poza
Pontevedra. España.

www.eltallerdelpoeta.com

martes, febrero 27, 2007


A MANERA DE PRÓLOGO AL PRÍNCIPE ESQUIVO DE RONALD CASTILLO FLORIÁN



* Leoncio Luque Ccota



En lo alto del día eres aquel que vuelve
a borrar de la arena la oquedad de su paso
el héroe miserable que escapó del combate
apoyado en su escudo mira arder la derrota.

José Emilio Pacheco



I



La poesía es una cuestión de amor y principio, pero también de asombro e inteligencia; ejercicio y práctica de la memoria; principio o génesis que da nacimiento a la luz que es vida, y ésta ilumina con sus imágenes, un cuadro verbal y trascendente, complejo y deslumbrante. El mundo es un universo de imágenes que nos sugiere temas a tratar que el poeta no escoge, sino, sólo escribe como un dictado. Pero además, la poesía es un espacio donde se “prueban las cosas del mundo.”1 y se vive experiencias sensibles y preocupaciones que sólo se despliega en el mundo interior del ser humano.

En pleno siglo XXI seguimos hablando de la soledad como integración, de la muerte como un acto imaginario y de emergencia, y del amor, como existencia amenazada, que nos comunica e incomunica y borra distancia y edades; pero nunca se extingue, sino vuelve a ser un tema recurrente, la más grande en la poesía peruana y universal. Y si parafraseamos a San Agustín; amar será primero y después de amar todo. Pero hoy observamos que el mundo globalizado excluye, al amor como sentimiento de primera necesidad, para presentarnos imágenes borrosas y confusas, llena de muerte y violencia que carga nuestra memoria de insolidaridad, donde la solidaridad huye de emergencia y entonces, sólo nos toca hablar del amor solitario, para salvar al AMOR a través del AMOR que recrea y nos cubre de indiferencia y nos azota. De esto y otros motivos habla este libro, como un manifiesto existencial de drama y amor, que concluye como una visión exploratoria a través del monóculo que todo poeta utiliza para redimirse o mitigarse.




II



El Príncipe esquivo de Ronald Castillo Florián, es un poemario digno de ser escenificada en una obra de teatro, ya que los personajes construyen un mundo de ilusiones, frustraciones y esperanzas, que se cruzan como fantasma en el sueño de los lectores y caminan por caminos separados, pero el amor a la distancia los UNEN mediante símbolos prefigurados que se abren paso a paso, bajo el cielo de sus sueños, y que proyecta, además una luz que limpia el camino de la medianoche y sus desgracias, por un espacio de espera y detención del mundo.

Es un poemario que se teje en el tiempo y nos enseña a esperar, pero a detener el tiempo a través de los ojos del amor que bajo la dicotomía de algunas palabras, se pierde a veces sin palabras sin sentido, pero al final, se celebra un encuentro de DOS en UNO para desaparecer “...en la frontera que aquí no dan libertad”. La poesía de Ronald Castillo, es un libro que intenta romper el drama existencial de dos seres separados por el destino y que a través de ese destino estigma, se esperan los amantes como letanía en el tiempo, llena de esperanzas y desesperanzas que nos hace soñar que detrás de estas imágenes hay una historia viva que nos interpela y nos dice que al final de un túnel oscuro, que parece nunca acabar, existe una antorcha del amor que siempre nos guía al encuentro.




III



Ronald Castillo Florián (Cañete,1979) poeta insular y místico, se presenta en la poesía peruana última, premunido de ese dominio de la memoria, imaginación e inteligencia, donde se vuelve un arquitecto de imagen totalizador, ya que construye un libro ensoñador, diseñado en cuatro visionales partes, para ser escenificado en nuestra imaginación, producto de los retratos o sueños irreales que va tomando cuerpo, a partir de la doncella abandonada “pura y encantadora”, que se confiesa y enlaza a leer y confirma, que detrás de esas palabras hay un abandono y eterna espera. En la segunda parte del libro el príncipe se confiesa haber “recorrido caminos/en busca de un sendero” y llamadas, hasta el encuentro que se produce en la tercera parte del acto donde los personajes, se confunden “...en un cálido y enfermizo beso...”, “Unido al tiempo” “como amor de esclavos” “Pero siempre/lejos/lejos/Lejos”. Y finalmente, en la última parte del libro hay un verso que nos pregunta sin hacerlo, qué hay detrás de esas “fronteras que aquí no dan libertad” en un “pacto sublime”. ¿Acaso el encuentro final es en el limbo o el cielo, que es lo mismo, como un lugar de descanso y paz?

El príncipe esquivo, de Ronald Castillo Florián, se liga a la emoción, al amor y a la ternura. Cada lector hará su propia lectura, solo me queda decir que he leído con emoción, entrega y alborozada pasión y goce, lo que ha sido escrito con pasión y agonía, y palabras explosivas.
A partir de la lectura de este poemario “El amor ha cambiado de rostro” Emilio Adolfo Westphalen.





ESTADO INMÓVIL/DISLOCACIONES




Leticia Cortés (Guadalajara, Jalisco-México, 1980). Su obra poética se encuentra recopilada en revistas literarias de varias ciudades de México, como Guadalajara, el distrito Federal, Tepic, Monterrey, Lagos, de Moreno, Aguas calientes,, Baja California sur, Morelia y Durango, así como en revistas de Lima Perú, y Valencia España. Está antalogada en vocablo, poesía viva de Jalisco, 101 poetas con pintores, Memoria de polvo nuevo de la palabra antigua, en México, y en Voces varias a veces líquidas, en Perú. Ha sido traducida al catalán, por el poeta Joan Navarro, para Serièalfa, revista en valencia España.


ESTADO INMÓVIL

ESTAMOS INQUIETÁNDONOS
porque nos duelen las rodillas
porque me sobra el asco
porque vomito cuando me nombro.
y cuando no
soy mujer membrana.
Las aves amortiguan
la caída de su carcasa
el ventanal agrio de sus ojos
el pico flácido y automático
y mi lengua fálica
mis dientes sucios y amargos.
El canto veloz de un gusano asmático me engordece.
Estoy revuelta
petrificándome con el frío estoy
inclinándome
incinerando cantos.
Disecando palabras escindidas.
Estamos inquietándonos
porque embalsamamos la tierra en nuestra áspera saliva.
Porque me agitan del agua los venenos estancados.
porque la distancia nos vuelve impacientes.
Porque soy torpe cuando pienso
y cuando no,
soy jueves.
Mi fango vientre, mi fango mano.
Mi trago de autobús lejano.
El huevo con un feto dentro.
El huevo con una filia de succionar.
Nos estamos temblando por dentro.
Nos estamos luces y agotadas,
porque el olvido se nos aparece en forma de sexo,
porque las tumbas aparecen de pronto.
Y lloro,
pero no te duelo.
Y me miras con rabia,
con recelo,
con el rabo del ojo y de perfil.
Pero estamos inquietos,
preocupados
por nuestro estado inmóvil.




DISLOCACIONES

A Hugo Plascencia

¿A QUÉ TE SABEN NUESTROS CUERPOS CUANDO NOS TOCAMOS?
Cuando mi espalda está
A mitad de tus gritos y tus manos.
¿A qué?
Te sabe
El desnudo gemido hablándote tartamuda
Pidiendo que me tomes de pronto.
Mis omóplatos de gaviota en tu escalera,
El oleaje seco de tu pelvis y mis huecos.
Todas las palabras agazapadas en mis iliacos.
¿A qué te sabe, amor, la soledad pidiéndote a besos?
Mi carne desalojada en tu carne.
Mi abandonado polo cubierto de ti.
La noche urgida que viene a llamarnos.
Mi ingle corriendo a tu boca.
¿A qué?
La tibia enredándose en tu cadera,
La cúpula
Ejercitando sus vocales en nosotros.
¿A qué te sé cuando lluevo sobre ti?


sábado, enero 13, 2007


El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha.


El Quijote es la obra maestra de Cervantes y una de las más admirables creaciones del espíritu humano. Es una caricatura perfecta de la literatura caballeresca, y sus dos personajes principales, Don Quijote y Sancho Panza, encarnan los dos tipos del alma española, el idealista y soñador, que olvida las necesidades de la vida material para correr en pos de inaccesibles quimeras, y el positivista y práctico, aunque bastante fatalista. Esta apreciada joya de la literatura castellana ha sabido conquistar al mundo entero, y es quizá, con la Biblia, la obra que se ha traducido a más idiomas, pasando a ser sus personajes, verdaderos arquetipos de categoría universal.

El Quijote representa la más alta cima de la creación literaria cervantina y se sitúa a años luz de su poesía, de su teatro e incluso de las demás novelas largas, La Galatea y el Persiles incluidas. Aunque él gustara de ofrecérnoslo como "la historia de un hijo seco y avellanado", acaso concebida en la "cárcel", está considerado, a ciencia cierta, como la primera novela universal de todos los tiempos.

Teoría de la novela.

Esa magnífica concepción de lo literario o de lo narrativo no depende en absoluto de los preceptos retóricos, como ocurría en el teatro, ni tampoco de las modas novelescas del momento, como puede constatarse en La Galatea, pues la "novela" no estaba codificada en las poéticas del momento y no hay nada anterior parangonable con la historia del viejo hidalgo: "lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno" (I, "Prólogo"). Muy al contrario, el diseño emerge de la vida misma: los planteamientos son fruto, básicamente, de las cavilaciones del viejo comisario de abastos, experimentado, desilusionado, cansado, fracasado..., con las fuerzas justas para apostar por un mundo de ensueño, pero bien consciente de que "los sueños, sueños son". Por eso, la teoría cervantina de la novela -no hay mejor aachementación para el Quijote- se halla diseminada a lo largo y ancho de sus obras y no pasa de una serie asistemática de apreciaciones sueltas.

Resumiendo mucho, Cervantes concibe la novela como historia poética: no hace falta atenerse estrictamente a la verdad de los hechos ("las historias fingidas tanto tienen de buenas y de deleitables cuanto se llegan a la verdad o la semejanza della, y las verdaderas tanto son mejores cuanto son más verdaderas", [Quijote, II, 57]), pero no puede rebasarse nunca la verosimilitud; basta con referir "lo que pudo ser", por disparatado que parezca ("Que entonces la mentira satisface / cuando verdad parece y está escrita / con gracia, que al discreto y simple aplace", [Viaje del Parnaso, IV]). Y ha de ser parcialmente disparatado, pues la admiración es el segundo requisito indispensable, respetando siempre el sacrosanto precepto horaciano del prodesse et delectare:

"Hanse de casar las fábulas mentirosas con el entendimiento de los que las leyeren, escribiéndose de suerte que, facilitando los imposibles, allanando las grandezas, suspendiendo los ánimos, admiren, suspendan, alborocen y entretengan, de modo que anden a un mismo paso la admiración y la alegría juntas; y todas estas cosas no podrá hacer el que huyere de la verisimilitud y de la imitación, en quien consiste la perfeción de lo que se escribe" (Quijote, I, 47).

Además, habrá que salvaguardar la organicidad del conjunto, bien que sometida al principio barroco de la unidad en la variedad: "No he visto ningún libro de caballerías que haga un cuerpo de fábula entero con todos sus miembros, de manera que el medio corresponda al principio, y el fin al principio y al medio; sino que los componen con tantos miembros, que más parece que llevan intención a formar una quimera o un monstruo que a hacer una figura proporcionada" (Q1, 47). En fin, el decoro lingüístico coronará ese compromiso entre vida y literatura, aportando una polifonía nunca alcanzada hasta principios del XVII.

En todo caso, pues, el punto de partida es épico, incluso caballeresco, dado que ningún otro género habría soportado la amplitud de miras perseguida ("porque la escritura desatada destos libros da lugar a que el autor pueda mostrarse épico, lírico, trágico, cómico, con todas aquellas partes que encierran en sí las dulcísimas y agradables ciencias de la poesía y de la oratoria; que la épica también puede escrebirse en prosa como en verso", Quijote, I, 47), pero la concepción es radicalmente distinta, incluso paródica: "según a mí me parece, este género de escritura y composición cae debajo de aquel de las fábulas que llaman milesias, que son cuentos disparatados" (Quijote, I, 47). Ahora se trataba de inventar una épica nueva, aachementada en la realidad más cotidiana y adobada con la imaginación de un "viejo loco", que estaba llamada a convertirse, sencillamente, en el patrón de la "novela moderna".

Génesis y continuaciones.

Considerado en su conjunto, el Quijote ofrece una anécdota bastante sencilla, unitaria y bien trabada: un hidalgo manchego, enloquecido por las lecturas caballerescas, da en creerse caballero andante y sale tres veces de su aldea en búsqueda de aventuras, siempre auténticos disparates, hasta que regresa a su casa, enferma y recobra el juicio. Sin embargo, el conjunto de la trama no está diseñado de un tirón, sino que responde a un largo proceso creativo, de unos veinte años, un tanto sinuoso y accidentado: cabe la posibilidad de que Cervantes ni siquiera imaginara en los inicios cuál sería el resultado final; incluso, bien pudiera ser que pensase primero en escribir una "novela corta", al modo de las Ejemplares, la cual iría creciendo al compás de su elaboración literaria: "Ahora digo -dijo don Quijote- que no ha sido sabio el autor de mi historia, sino algún ignorante hablador, que, a tiento y sin algún discurso, se puso a escribirla, salga lo que saliere, como hacía Orbaneja" (QII, 3).

Si fue así, el "plan primitivo" no pasaría de una novelita breve, ampliada durante el curso de la creación hasta desembocar en la novela larga de 1605, luego continuada en la segunda parte de 1615. Pueden distinguirse, por tanto, tres momentos creativos claramente delimitables:

I) Novela ejemplar. Basada en el Entremés de los romances (un infeliz labrador, Bartolo, enloquecido de tanto leer romances, se hace soldado y, acompañado de su escudero Bandurrio, sale en busca de aventuras. Intenta defender primero a una pastora, a quien acosa un zagal, pero éste le quita la lanza y lo apalea: Bartolo se acuerda del romance del Marqués de Mantua. Cuando su familia intenta socorrerlo, éste se identifica con el Marqués de Mantua), comprendería los siete primeros capítulos de la primera parte. Eso explicaría la caprichosa división en capítulos, cuyos títulos (sobre todo, 3-4 y 5-6) entrecortan lo que parece una redacción de corrido.

II) El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Tras ese arranque, la incorporación de Sancho, el manuscrito árabe y la invención de Cide Hamete se aprovechan para ampliar las locuras quijotescas hasta llenar los cincuenta y dos capítulos, repartidos en dos salidas (10: 1-7; 20: 8-52) y en cuatro partes: 10 (1-8), 20 (9-14), 30 (15-27) y 40 (28-52). La ampliación responde a dos directrices básicas: a) nuevas aventuras organizadas en sarta (8-22: molinos de viento, viacaíno, rebaños, batanes, yelmo de Mambrino, galeotes, etc.); y b) ampliación concéntrica en torno a la venta (23-47: Cardenio y Luscinda, don Fernando y Dorotea, El curioso impertinente, El cautivo, etc.), perfectamente engarzadas por la estancia en Sierra Morena.

No obstante, la continuación fue reestructurada precipitadamente, dejando numerosos desajustes organizativos en toda la primera parte, como bien estudió Stagg: algunos epígrafes no se corresponden con la materia novelesca que contienen (10); la historia de Grisóstomo y Marcela, primero ubicada en el capítulo 25, pasa a interpolarse entre los capítulos 11 y 14, lo que ocasiona que los pasajes dedicados al robo y al hallazgo del rucio de Sancho desaparezcan, para ser luego añadidos -fuera de lugar- en la segunda edición.

III) Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha. Aunque el Quijote no estaba concebido como primera parte, su éxito explica esta continuación, ahora perfecta y pacientemente diseñada como tercera salida, sin perder nunca de vista el trazado del primer tomo: a) nuevas aventuras en sarta (8-29: encantamiento de Dulcinea, Cortes de la Muerte, caballero del Bosque, caballero del Verde Gabán, bodas de Camacho, Cueva de Montesinos, Maese Pedro, etc.); y b) estancia con los duques (30-55: dueña Dolorida, Altisidora, doña Rodríguez, etc.).

En este caso el desarrollo no tiene quiebras, pero la aparición del Quijote apócrifo (1614) de Avellaneda determina un cambio de rumbo, hacia Barcelona, con el que se cierra la novela (59-74: Roque Guinart, caballero de la Blanca Luna, con los duques, don Álvaro Tarfe, etc.).

A duras penas, en consecuencia, no sin descuidos y deslices, Cervantes va ampliando la idea primitiva para rematar con éxito su gran empresa novelesca. Traza un plan previo, que contiene ya en suma todo el universo quijotesco (Sancho, Dulcinea, Cura, Barbero, Rocinante, rucio, locura, entorno caballeresco, encantadores, romances, aldea en la Mancha, etc.), lo cual le permite convertirlo en novela larga con bastante propiedad y, diez años después, añadirle una segunda parte en cabal consonancia con el libro de 1605. Tan sólo las circunstancias creativas de su autor y las reacciones provocadas por la publicación de el primer tomo, direncian a ambos Quijotes.

Las dos partes.

Efectivamente, el Cervantes que redacta el Quijote de 1615 ha madurado vital y literariamente: es ya un hombre muy viejo, sin ganas de jugar "con la otra vida", ha triunfado en la literatura y ha visto su gran novela criticada y aun imitada. La Segunda parte del Quijote tiene que ser necesariamente diferente de la primera, máxime cuando aquella ni siquiera estaba concebida como tal; simplemente, dejaba entrever la posibilidad de una continuación ("pero el autor desta historia, puesto que con curiosidad y diligencia ha buscado los hechos que don Quijote hizo en su tercera salida, no ha podido hallar noticia de ellas, a lo menos por escrituras auténticas; sólo la fama ha guardado, en las memorias de la Mancha, que don Quijote, la tercera vez que salió de su casa, fue a Zaragoza, donde se halló en unas famosas justas que en aquella ciudad hicieron, y allí le pasaron cosas dignas de su valor y buen entendimiento", QI, 52).

De hecho, las diferencias entre ambas partes son numerosas: la primera está compuesta en varios impulsos, mientras que la segunda responde a un diseño unitario; aquélla ofrece varias novelas intercaladas, ésta las suprime de raíz ("Y así, en esta segunda parte no quiso ingerir novelas sueltas ni pegadizas, sino algunos episodios que lo pareciesen, nacidos de los mesmos sucesos que la verdad ofrece", II, 44); allí don Quijote sale al encuentro de las aventuras y suele idealizar caballerescamente la realidad, aquí son las aventuras las que le salen al paso y percibe las cosas tal y como se le ofrecen; etc.

Sin embargo, Cervantes se atiene a rajatabla a la concepción germinal de su proyecto, para terminar creando un universo cerrado y orgánico, gracias a la gran cantidad de motivos entrelazadores, de anticipaciones o retrospecciones y de simetrías que establece entre ambos volúmenes. Entre los primeros cabría destacar, con Hatzfeld, los siguientes: misión caballeresca, Dulcinea, locura, ínsula, encantamientos, etc. Entre las segundas: penitencia en Sierra Morena / cueva de Montesinos, don Quijote enjaulado / aventura de los leones, caballo de madera / Clavileño, opiniones del canónigo sobre la novela caballeresca / Capellán que se burla de tales libros, etc.

De resultas, el conjunto queda perfectamente homogeneizado y, asombrosamente, Alonso Quijano acaba muriendo al final de la segunda parte en el mismo "lugar de la Mancha" del que partió al comienzo de la primera, después de haber trazado un periplo vital tan disparatado como coherente.

Estructura externa.

Ello se logra porque incluso la disposición global de ambas partes, tan distintas en su génesis, tan diferentes en la distribución de componentes y tan disímiles en los materiales intercalados, parece responder a una estructuración externa fácilmente equiparable. La piedra de toque viene dada siempre por el proyecto de vida literaria de Alonso Quijano, el cual está vertebrado en una serie de aventuras del personaje que inventa, don Quijote, puesto ya a ejercer como caballero andante. Son aventuras circulares que entrañan otras tantas confrontaciones con la realidad, de las cuales el caballero suele salir malparado en la mayoría de los casos, si bien resuelve sus fracasos por vía de encantamiento. Responden a un diseño sistemático, al que subyace una estructura dramática: a) aproximación a la realidad desde un enfoque caballeresco, con mayor o menor grado de confusión; b) confrontación, más o menos violenta; c) desenlace, en diversos grados de fracaso y d) recurso a los encantadores para salvaguardar el ideal caballeresco. Este patrón se emplea en la práctica totalidad de las aventuras caballerescas protagonizadas por don Quijote, organizadas en sarta, si bien todas y cada una de sus constantes se someten a una cuidada variación que diversifica sin medida los episodios: don Quijote confunde la realidad a veces (molinos), pero otras se le da falseada (Clavileño) o, siendo verídica, parece irreal (Maese Pedro); la confrontación cambia muchísimo en sus términos: por la fuerza (vizcaíno), mental (cueva de Montesinos) o intelectual (cabeza encantada); el desenlace suele acabar en descalabro (rebaños), pero también cabe el éxito (disciplinantes) o la suspensión (batanes), etc.

Esa serie interminable de situaciones estáticas o circulares se presenta, aparentemente, organizada en sarta a lo largo de las dos partes, pero su acumulación va desgastando progresivamente al personaje para conducirlo hasta el desengaño final. Esto es, aunque parecen desarticuladas, responden a un proceso lineal que trenza toda la novela desde el principio hasta el final. Además, están claramente agrupadas en varias series como bien ha visto Antonio Rey que determinan la estructura externa del conjunto de la novela:

Primera parte:

A) Episodios en sarta por la Mancha (1-22):

I) Confrontaciones con la realidad confundida:

a) 1-7: novelita (armado caballero, Andrés, mercaderes).

b) 8-17: ampliación de la novelita (molinos, vizcaíno, yangüeses, Maritornes). [Grisóstomo y Marcela se ha adelantado de Sierra Morena, para romper la sarta].

II) Confrontaciones con una realidad difusa:

18-21: rebaños, cuerpo muerto, batanes, yelmo.

III) Entremés: cierra la serie anterior.

22: galeotes.

B) Episodios en espiral en torno a la venta (22-45):

No hay ruptura, sino multitud de historias entrecruzadas o intercaladas que represen tan toda una casuística amorosa real: Cardenio / Luscinda, Fernando / Dorotea, Micomicona, Curioso impertinente, El Cautivo, Clara / Luis.

Se cierra con otro entremés: juicio sobre el yelmo de Mambrino.

C) Retorno a la aldea (46-52).

Segunda parte:

A) Episodios en sarta, hacia Zaragoza (1-29).

I) Confrontaciones intelectuales sin confundir la realidad (1-29):

a) 1-7: introducción.

b) 8-22: continuación de la primera parte (Dulcinea encantada, cortes de la muerte, caballero del Bosque, caballero del Verde Gabán, bodas de Camacho, leones, cueva de Montesinos, rebuzno, maese Pedro, barco encantado).

B) Episodios en espiral en torno a los duques (30-59).

Tampoco hay ruptura, sino multitud de historias entrecruzadas, sin que los protagonistas desaparezcan (dueña Dolorida, Clavileño, gobierno de Sancho, Altisidora, doña Rodríguez, dueña Dolorida).

C) Quijote de Avellaneda (59).

D) Hacia Barcelona y conclusión:

60-74: Roque Guinart, cabeza encantada, caballero de la Blanca Luna, aventura cerdosa, con los duques, don Álvaro Tarfe, retorno a la aldea.

Por tanto, pese a las vacilaciones en la gestación inicial de la historia, a la precipitación y a la reorganización de la primera parte, y a los diez años transcurridos entre las dos partes, los dos Quijotes responden a un entramado compositivo más o menos equipolente.

Al margen y al hilo de esa serie central, el Quijote se ve enriquecido por toda una serie de novelitas cortas: unas veces intercaladas para ser contadas enteramente; otras, sólo esbozadas en embrión o aludidas como historias potenciales correspondientes a los seres que, más o menos fugazmente, se cruzan con los protagonistas de la acción principal. Cervantes justifica cumplidamente la presencia de todas ellas:

"El ir siempre atenido el entendimiento, la mano y la pluma a escribir de un solo sujeto y hablar por las bocas de pocas personas era un trabajo incomportable, cuyo fruto no redundaba en el de su autor, y que, por huir deste inconveniente, había usado en la primera parte del artificio de algunas novelas, como fueron la del Curioso impertinente y la del Capitán cautivo, que están como separadas de la historia, puesto que las demás que allí se cuentan son casos sucedidos al mismo don Quijote, que no podían dejar de escribirse. También pensó, como él dice, que muchos, llevados de la atención que piden las hazañas de don Quijote, no la darían a las novelas, y pasarían por ellas, o con priesa o con enfado, sin advertir la gala y artificio que en sí contienen, el cual se mostrara bien al descubierto cuando, por sí solas, sin arrimarse a las locuras de don Quijote ni a las sandeces de Sancho, salieran a luz. Y así, en esta segunda parte no quiso ingerir novelas sueltas ni pegadizas, sino algunos episodios que lo pareciesen, nacidos de los mesmos sucesos que la verdad ofrece; y aun éstos, limitadamente y con solas las palabras que bastan a declar[ar]los; y, pues se contiene y cierra en los estrechos límites de la narración, teniendo habilidad, suficiencia y entendimiento para tratar del universo todo, pide no se desprecie su trabajo, y se le den alabanzas, no por lo que escribe, sino por lo que ha dejado de escribir" (II-44).

De entre las segundas, ya que no las enuncia, cabe recordar: la Vida de Ginés de Pasamonte, llamada a aventajar a todas las picarescas; la historia de la "señora vizcaína, que iba a Sevilla, donde estaba su marido, que pasaba a las indias con un muy honroso cargo", con ribetes autobiográficos y comparable al Celoso Extremeño; los sucesos de Vivaldo, que invita a don Quijote a que le acompañe a Sevilla, por ser lugar "tan acomododado a hallar aventuras"; las desgracias del mancebo que va a la guerra impulsado por la necesidad; la Carta de Teresa a Sancho Panza, donde se esbozan tres novelitas (La Berrueca, Pedro Lobo, y el paso por el lugar, tan teatral, de "una compañía de soldados"); etc.

Incluso, podría sostenerse, con Riley y Avalle-Arce, que las interpolaciones de ambas partes están cabalmente equilibradas en seis episodios simétricos, de acuerdo con la siguiente tabla:

1.- Grisóstomo y Marcela / Bodas de Camacho (1).

2.- Cardenio y Dorotea / Rebuznadores.

3.- Curioso impertinente / Hija de Doña Rodríguez (2).

4.- El Cautivo / Hija de Diego en Barataria (5).

5.- Doña Clara y don Luis / Claudia Jerónima (3).

6.- Leandra / Ana Félix (4).

A fin de cuentas, la gran "comedia humana" que termina constituyendo el Quijote, bien que a partir de una anécdota bufa, queda coherentemente armonizada en las peripecias sin fin de un loco, cuya peculiar demencia se alza como "clave" aachemental para entender el diseño paródico de la novela.

Parodia, locura y realismo.

Más allá de vacilaciones genéticas y compositivas, lo que sí se ofrece como constante durante todo el proceso creativo del Quijote es el fin paródico. Si fiamos de las declaraciones de su autor, fue concebido como invectiva contra los libros de caballerías ("todo él es una invectiva contra los libros de caballerías", I, "Prólogo") y ese fue siempre su objetivo principal: "pues no ha sido otro mi deseo que poner en aborrecimiento de los hombres las fingidas y disparatadas historias de los libros de caballerías, que, por las de mi verdadero don Quijote, van ya tropezando, y han de caer del todo, sin duda alguna" (II, 24). Con ello, Cervantes se inscribía en la corriente culta de protestas contra la "mal aacheda máquina" de los disparates caballerescos, con la diferencia de que su magistral parodia sí terminaría erradicándolos del panorama literario, pese a la ingente difusión que los Amadises, Palmerines o Belianises habían alcanzado durante el XVI.

Para lograrlo, pergeña un diseño paródico genial, basado en la locura de su protagonista: ésta ha sido provocada por la lectura de los libros de caballerías, precisamente el objeto de la parodia. Ello le permite sumarse a las denuncias de moda e inscribirse en la abundante literatura del Renacimiento sobre la locura (Erasmo, Elogio de la locura; Huarte, Examen de ingenios; Arisosto, Orlando furioso, etc.). Así, en un principio, don Quijote está rematadamente loco: "se le secó el celebro, de manera que vino a perder el juicio" (I, 1), si bien no se trata de una esquizofrenia general, sino más bien de una monomanía tocante al mundo caballeresco ("tenía buen entendimiento y buen discurso en todas las cosas que trataba, le hubiese perdido tan rematadamente, en tratándole de su negra y pizmienta caballería", I, 38), que deja espacio para la cordura: "no le sacarán del borrador de su locura cuantos médicos y buenos escribanos tiene el mundo: él es un entreverado loco, lleno de lúcidos intervalos" (I, 18).

Esto es, Cervantes se ha cuidado muy mucho, ilustrándose en los tratados médicos de la época, de matizar perfectamente la locura de don Quijote, a fin de utilizarla como le interesa: como el recurso novelesco crucial de todo el libro (la novela empieza cuando Alonso Quijano enloquece y acaba cuan do Alonso Quijano recobra el juicio). El pobre hidalgo, colérico donde los haya, tiene su "imaginativa" trastornada por la lectura de los libros de caballerías y comete dos errores garrafales: cree en la verdad de cuantos disparates caballerescos ha leído y piensa que en su época puede resucitarse la caballería andante: "aquel don Quijote de la Mancha, digo, que de nuevo y con mayores ventajas que en los pasados siglos ha resucitado en los presentes la ya olvidada andante caballería" (II, 23). Ello lo convierte, antes que en caballero, en todo un "anacronismo andante", cuyo atuendo y figura no deja de ser objeto de burla: "pusiéronle el balandrán, y en las espaldas, sin que lo viese, le cosieron un pargamino, donde le escribieron con letras grandes: Éste es don Quijote de la Mancha" (II, 62).

Pero Cervantes, muy por encima de las burlas, perfiló milimétricamente cada matiz de ese enloquecimiento, para explotarlo novelísticamente de forma magistral. No se trata de una situación estática, sino de un proceso complicadísimo, que no deja de entrañar un "proyecto consciente de vida": la empresa caballeresca se planifica detenidamente y se asume con decisión ("Yo sé quién soy -respondió don Quijote-; y sé que puedo ser no sólo los que he dicho, sino todos los Doce Pares de Francia, y aun todos los Nueve de la Fama", I, 5); tramada casi racionalmente, la supuesta locura evoluciona de forma lógica (primera salida: se desfigura la realidad; segunda salida: la realidad se acomoda al mundo caballeresco; tercera salida: se asume un mundo encantado por los demás); en fin, la demencia no deja de ofrecer perfiles de simple juego socarrón (cuando razona a quién imitar en Sierra Morena o cuando se mofa de lo caballeresco en la Cueva de Montesinos), como su inventor desvela al final del libro: "Yo, señores, siento que me voy muriendo a toda priesa; déjense burlas aparte" (II, 74).

Más que de un caso de locura, parece tratarse de un procedimiento creativo tendente a ilustrar literariamente el problema de la realidad y de la ficción. De hecho, Cervantes plantea con exquisito cuidado cada uno de los acercamientos de don Quijote a la realidad de Alonso Quijano, de modo que sus continuos equívocos no dependen necesariamente de la demencia (sí en el caso de la primera venta o de los frailes benitos); al contrario, suelen caer frecuentemente dentro de la más prosaica verosimilitud: son las circunstancias (el viento, cuando los molinos; el sol y la lluvia, en el caso del yelmo; la falta de visibilidad y el estruendo, la vez de los rebaños; la oscuridad y el ruido, si pensamos en los batanes; etc.), el contexto caballeresco (retablo de maese Pedro, caballero del Bosque, estancia con los duques), las malas mañas de los demás (encantamiento de Dulcinea, Clavileño) o el sueño (cueva de Montesinos) los que traicionan la percepción quijotesca de su entorno, espoleando sus delirios heroicos.

Mucho más claramente: la realidad es tratada por el narrador de una forma ilusionista, prismática, como si estuviera contagiado de la misma locura del personaje, de modo que el pobre hidalgo, aquejado de su delirio caballeresco, es una permanente víctima, no más loco que nosotros mismos. Por eso, ante una realidad tan oscilante, no tiene por menos que engañarse, como lo hacemos nosotros mismos en ocasiones (batanes) y como lo hace sistemáticamente Sancho (Micomicona, Barataria). La locura, así, es una estrategia de acercamiento a la realidad: un modo originalísimo de realismo que sutura perfectamente lo más prosaico a lo más disparatado, otorgando a lo segundo carta de naturaleza novelesca, en un juego de espejos, entre paródico, cómico e irónico, irresoluble.

Las voces de la novela.

Por si no bastase, ese entramado enloquecedor y paródico de acercamientos a la realidad se ve definitivamente complicado y enriquecido por el inagotable juego de voces que Cervantes despliega a lo largo de su historia, a partir siempre de su absoluto dominio de la tercera persona narrativa. Desde su plataforma, se urde un laberinto de perspectivas que introduce un punto de vista multitudinario:

1.- Miguel de Cervantes (preliminares): autor / coautor.

2.- Miguel de Cervantes: narrador.

3.- Narrador: recopilador de tradiciones (I,1).

4.- Sabio encantador: cronista del caballero (I, 2).

5.- Narrador: segundo autor (I, 7).

6.- Cide Hamete (I, 9).

7.- Tradiciones orales (I, 52) y rumores en general.

8.- Pergamino de los académicos de la Argamasilla (I, 52).

9.- Personajes:

9.1.- Hablan como narradores.

9.2.- Inventan la novela: Montesinos, Clavileño.

9.3.- Leen literatura creada por otros (=Cervantes): Curioso.

9.4.- Corrigen y completan la primera parte: robo del rucio (Sancho).

10.- Avellaneda: continuador apócrifo.

11.- La pluma de Cide Hamete.

12.- Etc., etc.

Tenemos por lo tanto un escritor (Cervantes) que inventa a un personaje (Alonso Quijano), que inventa a otro personaje (don Quijote) y a otro autor (Cide Hamete), cuya obra servirá como fuente a una traducción: la novela del escritor (Cervantes). Más genial todavía: un personaje (don Quijote) imagina como será la versión literaria de su vida caballeresca, mientras la estamos leyendo, como traducción de una historia arcaica.

La libertad como eje semántico y morfológico.

Pero si el Quijote contuviese sólo la historia de un viejo hidalgo enloquecido por las lecturas caballerescas, no habría llegado a ser la inmortal novela que es, por genialmente diseñada y contada que esté. Mucho más allá de los procedimientos y de los juegos de ingenio descritos, su razón de ser primera estriba en la gran apuesta que su creador hace por la libertad, entendida en el sentido más complejo y amplio.

Cervantes había pasado cinco largos años de cautiverio en Argel, lo que agudizó, sin duda, su sentido de la libertad de forma radical, hasta convertirla a sus ojos en el bien más preciado: "la libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres" (II, 58). En ello coincide con el pensamiento de los humanistas, y no cabe descartar que recurra a la locura de su héroe para garantizarle la forma más absoluta de libertad. En todo caso, nuestro novelista otorga una libertad básica al ser humano, tanto a nivel individual (don Quijote, Marcela, Roque Guinart, etc.), como colectivo, más allá de instituciones y gobiernos ("Ésta es cadena de galeotes, gente forzada del rey, que va a las galeras. -)Cómo gente forzada? -preguntó don Quijote-. )Es posible que el rey haga fuerza a ninguna gente?", I, 22), poniendo así en tela de juicio el absolutismo imperante en su tiempo.

Pero, menos común y mucho más interesante, la libertad alcanza en la cosmovisión literaria cervantina categoría estético-literaria. Al menos en el caso del Quijote, trasciende morfológicamente para informar todos y cada uno de sus planos compositivos:

1.-La novela carece de coordenadas narrativas estables; al contrario, todas parecen conce bidas de forma caprichosa y cambiante:

a) Punto de vista: rumores, Cide Hamete, traductor...

b) Espacio: sin determinar, sin itinerario (Rocinante)...

c) Tiempo: circular, intuitivo, arcaico y contemporáneo...

2.-El escritor es totalmente libre, pues carece de condicionamientos previos impuestos desde dentro de su propia creación; el pluriperspectivismo es su único dogma y precepto. Así, llega a desentenderse de su propio relato para conta su historia.

3.-Los personajes nacen y viven en absoluta libertad:

a) No tienen nombres fijos (Quijana, Quejana, Quijada, Quijote).

b) Pueden decidir lo que quieren ser (Quijote).

c) Inventan a los demás (Dulcinea).

d) No tienen pasado, ni ataduras que los condicionen o predeterminen.

e) Son incluso dueños de su propia realidad, pues pueden crearla al definirla: "y así, eso que a ti te parece bacía de barbero, me parece a mí el yelmo de Mambrino, y a otro le parecerá otra cosa" (I, 25).

4.-La propia literatura goza de tanta libertad, o carece de tan pocas ataduras genéricas, que llega a identificarse y confundirse con la vida misma: los personajes conviven con seres reales, que incluso han leído la novela de sus aventuras.

5.- El lector se ve manipulado permanentemente por el autor: los lectores de dentro de la novela se salen de ella para enjuiciarla y el lector real ha de meterse dentro de ella para tomar partido: "Tú, lector, pues eres prudente, juzga lo que te pareciere" (II, 24).

Y, por supuesto, si la libertad informa al completo el universo quijotesco, no podía dejar de afectar a la lengua; acaso el primero y mayor de sus logros, como han puesto de relieve Hatzfeld, Rosemblat o Lázaro Carreter.

Variedad lingüística.

Hay acuerdo en que Cervantes cifra su ideal lingüístico en el "escribo como hablo" valdesiano, en la línea de La Celestina, el Lazarillo o Santa Teresa. Incluso, parece apostar por un canon estilístico vernáculo (toledano), ajeno a la retórica latinizante: "razón sería se estendiese esta costumbre por todas las naciones, y que no se desestimase el poeta alemán porque escribe en su lengua, ni el castellano, ni aun el vizcaíno, que escribe en la suya" (II, 16); y luego: "la discreción es la gramática del buen lenguaje, que se acompaña con el uso. Yo, señores, por mis pecados, he estudiado Cánones en Salamanca, y pícome algún tanto de decir mi razón con palabras claras, llanas y significantes" (II, 19).

Sin duda es así, pero el mérito no radica en la llaneza, sino -como explica Lázaro- en la superación del discurso "monológico", propio de la novela idealista anterior, que ahora se ve abierto, por primera vez, a un lenguaje "dialógico" (Bajtin) o "heterológico" (Todorov), dando así lugar a la primera novela "polifónica" del mundo. Todos los géneros y todas las modalidades del discurso hallan su acomodo en el curso de la parodia caballeresca, cada uno con su registro propio:

1.- Caballeresco.

2.- Pastoril (Eugenio el cabrero, Marcela, Arcadia, Quijotiz).

3.- Romancero (Valdovinos, Orlando, Gaiferos, Angélica, etc.).

4.- Cuento popular (Torralba, Rebuzno).

5.- Farándula (Angulo el malo).

6.- Fábula (cigüeñas, perros, grullas).

7.- Diálogo renacentista (Caballero Verde Gabán).

8.- Crónica de próceres (con los duques).

9.- Novela corta (Cautivo, Celoso impertinente).

10.- Teoría literaria (novela, comedia, glosas, erudición, traducción).

11.-Etc.

A más pequeña escala, afloran también los hábitos propios de otras variantes del discurso: afectación de los amaneceres mitológicos (primera salida); oratoria de Fr. Antonio de Guevara (consejos a Sancho); prosa elegiaca sentimental (lamentaciones de Sancho, I, 52); preguntas y respuestas de catecismo (monólogo de Sancho cuando va a ver a Dulcinea; II, 10); cuentos populares (pastora Torralba); prólogo del Lazarillo (II, 8); descriptio puellae (Dulcinea, II, 32); oratoria (Armas y Letras o Edad de Oro); etc.

Por otro lado, destaca el decoro o verismo con que el autor hace hablar a sus personajes, dependiendo de su condición social, profesión, interlocutor, estado de ánimo, intención o demás circusntancias. Incluso hay personajes con idiolectos específicos; v. gr. Sancho: "Llegando a escribir el traductor desta historia este quinto capítulo, dice que le tiene por apócrifo, porque en él habla Sancho Panza con otro estilo del que se podía prometer de su corto ingenio, y dice cosas tan sutiles, que no tiene por posible que él las supiese" (II-v).

Poco extrañará, entonces, que la novela toda, acaso el mayor homenaje que nunca se haya hecho al ser humano, a su derecho a soñar y a su libertad para hablar, pueda resumirse en un sólo término: "baciyelmo".


El ‘verdadero’ rostro de Dante


Los expertos han reconstruido la cara de Dante partiendo del cráneo del poeta encontrado en 1921.

*HOMINES.COM [12/01/2007]

La Facultad de Ingeniería de Bolonia ha presentado un estudio en el que se muestra el rostro del poeta italiano Dante Alighieri. Su aspecto dista bastante de la histórica imagen que le representaba con una nariz aguileña y barbilla prominente.
El diario La Republica presentó el estudio de la Universidad boloñesa en el que se prueba que el llamado ‘perfil de Dante’ es un falso histórico y que el poeta (1265-1321) tenía una cara ‘más humana’, más redonda y con una nariz grande, torcida pero no aguileña.
Los expertos han reconstruido la cara de Dante partiendo del cráneo del poeta encontrado en 1921 y gracias a las nuevas tecnologías han podido mostrar una imagen en el ordenador del nuevo rostro, y han construido un busto de arcilla con los ‘verdaderos’ rasgos del autor de ‘La Divina Comedia’.
Según argumentó el antropólogo Giorgio Gruppioni, uno de los autores del estudio, ‘hemos restituido a Dante su verdadera humanidad. Hasta ahora, los retratos que existían eran más una representación psíquica que real’.
En la nueva reconstrucción, los antropólogos indican que el estudio del cráneo excluye una nariz aguileña, que más bien estaba torcida y que tenía unos rasgos más redondeados y menos angulosos. En la imagen del ordenador, la barbilla de Dante es grande pero no tan pronunciada como se creía y la frente alta y cuadrada. Hasta ahora, la iconografía que se tenía de Dante era la de los cuadros de Botticelli y de Giotto, donde se veía una gran nariz aguileña y recta en una cara alargada.
Incluso su primer biógrafo, Giovanni Bocaccio, lo describía en sus escritos como ‘de mediocre estatura, tenía la cara alargada y la nariz aguileña, las mandíbulas grandes y el labio inferior tan saliente que poco del superior sobresalía’ .
La nueva reconstrucción coincide con el descubrimiento realizado en el 2003, cuando en un antiguo palacete de Florencia salieron a la luz unos frescos que representaban un retrato de Dante Alighieri con la piel muy morena y la nariz larga, pero no encorvada.

lunes, diciembre 11, 2006

viernes, noviembre 03, 2006



P R E S E N T A C I Ó N

Trombosis Literaria, es una revista que se da a conocer a partir de una motivación que nace por el camino angosto de la literatura, que se prescribe con la única vocación sostenible de continuidad y superación; no pretendemos ser un referente para nadie, sólo mitigar el espacio vacío que existe en el medio cultural-educativo, con la única misión de agregar algunas palabras en este espacio desértico gracias al aporte de personas comprometidas, poetas y escritores, con la creatividad literaria y la reflexión pertinente sobre nuestra cultura.

Esta revista es una puerta abierta de participación de todos aquellos que deseen expresar sus inquietudes literarias, o simplemente, recrearse en el placer de leer, (práctica muy enjuiciada conjuntamente con la comprensión lectora en estos tiempos de incoherencia).

La lectura para nosotros es un placer recreativo, crítico, intelectivo, imaginario y lúdico que va acompañado de la producción de textos; pero, si tenemos en cuenta, que en el Perú no se lee (verdad vergonzosa) y aún así, no se entiende lo que se lee, ¿Acaso, no es una catástrofe lo que vivimos? ¿Nos sentimos bien de ser un país con lectores no funcionales que caminan sin interpretar la realidad y su vida misma, a pesar del Plan Lector implantado como solución para los escolares? ¿No debería ser este Plan Lector para todos los ciudadanos, empezando del presidente hasta el último individuo de una provincia que desconocemos? Acaso, no es con el ejemplo que se le motiva al otro para que continúe en el camino de la lectura.

Este del Plan Lector no tendrá progreso, si es que no existe una voluntad política sostenida por la defensa del derecho de leer ya que es libre a partir de ésta; así significando que la prioridad por la lectura empieza en el hogar, en las instituciones educativas, en la comunidad organizada, en las municipalidades y en el gobierno central pero, lo inaudito es que este plan no es integral, pues se debe contar con libros actualizados en las bibliotecas escolares, públicas, municipales y sobre todo con el fomento de la producción textos, literarios o no literarios, a través de concursos, para así estimular y premiar el esfuerzo realizado. Es curioso visitar los colegios y encontrar que los profesores no pueden incluir el Plan Lector simplemente porque no hay textos, estando presente en los hogares el televisor más que un libro; si tenemos en cuenta que la principal herramienta del Plan Lector, no es el plan en sí mismo, sino el bendito libro alimento de primera necesidad, de qué progreso hablamos.

Es por ello que Trombosis Literaria nace auspiciada más por una necesidad que por una idea preconcebida e idealista; por el impulso sanguíneo que por una razón de mostrarse como referente, por la necesidad de espacios que los medios de comunicación niegan y sobre todo, por los muchos que guardan lo que escriben. Claro está, que si hay alguna idea preconcebida es la calidad y la seriedad de sus editores, que asidos por la POESÍA -ni económica, ni ideológica- y sin presión de ningún grupo mediático, editorial, o idea política, sino por la vida, intenta ser el esfuerzo de sus editores y de los que colaboran desinteresadamente pretendiendo ocupar un ESPACIO en el mundo de la lectura y la edición concreta en papel, cuya única limitación podrá ser su distribución y la escasa difusión que se le pueda dar.

Agradecemos a los colaboradores por que con su ayuda podremos, al menos, construir nuestra vida a través de la lectura, cuota inicial para sacar al Perú del atraso intelectual y también para transmitir nuestras emociones.



Los editores
CRÓNICAKATERBIANA

A PROPÓSITO DE “ISLAS A LA DERIVA” TREINTA AÑOS DESPUÉS, DE JOSÉ EMILIO PACHECO Y UN ENCUENTRO CON ÉL Y SU POESÍA


* Leoncio Luque


U N O
Me parece haberlo conocido desde mucho tiempo y con esa confianza que me ha dado su poesía, en especial el poemario Isla a la deriva (1976), busqué a José Emilio Pacheco, en esta última Feria de Libro que se llevó a cabo en Lima, con la única intención de cruzar algunas palabras y conversar si fuera posible sobre el libro mencionado, que tenía entre manos como un tesoro incunable desde hace mucho tiempo.
El primer día no pudo ser. Al segundo día sí. Al término de la presentación de su novela, me acerqué para mostrarle mi simpatía y afecto. Él muy amable me sonrió con esa naturaleza particular del ser humano que busca la cercanía del cariño, después del poderío de la palabra que mitifica al poeta. Le mostré el libro publicado el año 1976 editado por Siglos XXI editores, se emocionó, miró con ojos expresivos al poemario como si encontrara un hijo perdido al cual recuperara por un momento, después de largos años de extravío. Luego me preguntó desde cuándo lo tenía en mi poder (el libro, claro), yo le dije, desde hace quince años como texto de cabecera, por lo que se emocionó más y me abrazó como si le debiera algo. Alguién nos tomó una foto para abreviar el momento fugaz (foto que hasta la fecha no llega a mi casa) y en correspondencia a su afecto, le obsequié mi poemario “Crónicas de Narciso”, ediciones Noble Katerba.
Los jóvenes en particular se acercaron para conversar con José Emilio Pacheco; era comprensible el momento y la oportunidad. Ya que nos visitaba después de muchos años. El muy amable firmaba autógrafos, daba su impresión sobre las preguntas que llovía; entregó su dirección electrónica a quien solicitaba, daba consejos y todos se mostraban satisfechos. Trató de atenderme ante el tumulto de jóvenes que le abordaban para sacarle una dedicatoria, él me dijo, no te vayas, espérame, te tengo una sorpresa. Yo esperé leyendo uno de sus poemas iniciales de su libro, titulado: Horas altas, que había leído en varias oportunidades y me parecía el más indicado para el momento: En esta hora fugaz / hoy no es ayer/ y aún parece muy lejos la mañana. Hay un azoro múltiple, / extrañeza/ de estar aquí, de ser / en una hora tan feroz/que ni siquiera tiene fecha. / ¿Son las últimas horas de este ayer / o el instante en que se abre otro mañana?. Se me ha perdido el mundo/ y no sé cuándo / comienza el tiempo de empezar de nuevo. / Vamos a ciegas en la obscuridad, / caminando sin rumbo por el fuego.
Culminada la aglomeración me invitó a acompañarle. Conversamos. Se le acercaban las personas interesadas en él. Llegamos al stand de la editorial que había publicado su novela para esta Feria. Encontramos a Alonso Cueto, Premio Herralde por “La Hora Azul”, firmando autógrafos. Se repartió vino. Hubo brindis en nombre del poeta. Instalaron una mesa y una silla para que continúen firmando los autógrafos a los presentes. Definitivamente era hora aquel punta el momento, ocho de la noche. Los visitantes de la Feria se aglomeraban alrededor del stand, miraban y preguntaban quién era. Yo decía, es el poeta vivo más importante de México, absolviendo las preguntas. Seguía esperando y conmigo muchos. Él seguía firmando autógrafos y no me perdía de vista. En una de esas, encarga a una dama comprar un libro. Regresa con el encargo. José Emilio, me llama y me lo da. Es para ti me dice. Yo miro el libro y es el poemario Isla a la deriva Segunda Edición (NUEVA VERSIÓN): 2006, impreso y hecho en México. Le digo: gracias, y un abrazo fuerte a este poeta. Me lo dedica: A Leoncio, Lector ideal de este libro. Su amigo agradecido. 30 años después. José Emilio Pacheco. Yo le agradezco por el gesto, lo abrazo nuevamente y me despido, no sin antes entregarle otro de mis libros para que obsequie a quien desee en México. Y él sigue firmando autógrafos. Y yo me voy con esa experiencia de conocer al gran poeta mexicano José Emilio Pacheco, repitiendo sus versos al final de este encuentro: “En esta hora fugaz/hoy no es ayer/ y aún parece muy lejos la mañana. Hay un azoro múltiple, /extrañeza/ de estar aquí, de ser/ en una hora tan feroz/que ni siquiera tiene fecha.” Y ahora que escribo este texto, lo más importante no es una foto con el poeta, sino su presencia magnánima en el evento y lo que nos dejó. Su sensibilidad humana importa más que mil palabras en este encuentro.

D O S
La práctica de la poesía es un ejercicio de memoria, de imaginación y de inteligencia. Un trío que funciona a la perfección. Así se presenta la poesía en Isla a la deriva, poemario publicado hace treinta años (exactamente 1976), que hasta ahora nos confirma con plenitud, esa convicción poética iniciada por Emilio Pacheco. Y la prueba palpable de esta poética de rigor y libertad, es que en este libro se desplaza una sensibilidad a toda prueba con el tiempo, de preocupación humana y la presencia del mundo con los seres que se oponen al deterioro, ante el frágil poderío de la palabra, donde el espacio destruido, es señalado para volver a ser habitado.
La poesía es un bien común de la humanidad y así lo entiende José Emilio, por eso intenta cercar la individualidad, explorar otros ámbitos y otras realidades textuales que como fugaces historias iluminan el firmamento, a partir de su experiencia personal. Isla a la deriva es un poemario que pone de manifiesto el drama de la existencia humana, visto a través de un moderno prisma poético, como la historia, la naturaleza es agredida, como las aventuras de los viajes que aparecen en el espacio poético de este poemario. La calidad innegable de este poemario se mantiene en el tiempo, porque justamente, el poeta pone de manifiesto el drama de la existencia, los grandes temas de todos los tiempos, en el temperamento de un hombre de nuestros días, de alguien que entiende, cómo la destrucción es caudalosa, mitigada o redimida en ocasiones por la gracia y la generosidad del lenguaje poético, que el poeta nos trata de ilustrar para iluminar y hacernos reflexionar.
Cada página de este libro está atravesada por la conciencia de la fugacidad. Y como sabemos, el quehacer del poeta, es apenas una mirada de lo que percibimos, “entre objeto y palabras” que se escapan, muy a pesar nuestro.
La función y tarea del poeta es nombrar el mundo, traducir, traerlo a nuestro sentido, es navegar por la vida para registrar las huellas esenciales del tiempo, con una poesía que se piense a sí misma, conforme con la naturaleza.
Los títulos de este poemario sugieren un libro de navegación de lo transitorio a la deriva, pero que en palabras del poeta se traduce en iluminaciones, reflexiones, metáfora del ser humano, que a pesar de su condición fugaz y de su entorno, es capaz de conquistarnos la sensibilidad, redimida por la Poesía.
CUENTO


L A M A G A



* Gonzalo Málaga Ortega


ES UN FASTIDIO abrir los ojos y todavía tener sueño. Diez de la mañana del domingo. El celular suena, insistentemente, en algún lado de la habitación. Salgo de la cama, casi tropezando… y la veo: de lo más bien, sentada en el piso, tomando un vaso de leche mientras lee uno de mis libros. Tengo que frotarme la cara y acercarme para verla mejor. Es una mujer joven, de figura agradable. Sigue sonando el teléfono, lo encuentro debajo de una camisa, contesto, me cuelgan. La mujer ha cerrado el libro y me observa. Se levanta, soltando un aroma delicado, y se sienta en mi cama. La veo a los ojos, sé que no la he visto antes:
-¿Quién eres?-. Ella mira la puerta del baño: de allí sale una niña, como de nueve años, que va a sentarse a su lado.-¿Quién eres?- le repito. Silencio. Me mira de frente, sonríe: “Soy la Maga”. -¿Qué? ¿Crees que has salido de Rayuela?-. “No seas tonto, soy la Maga, hago magia”.-¿Y esa niña…?-. “Es tu hija”. -¡Ah nooo! No me importa si eres la Maga o el último cronopio del mundo; te aseguro que no soy padre de nadie…-. “No seas tontito, hemos venido para que nos conozcas…”, empezó a contestarme con dulzura.-Espera, espera… esta niña, es igualita a ti… acepto que podría decirse que tiene un aire mío; pero yo nunca me he acostado contigo: es más, ¿es la primera vez que te veo!-. “Nunca dije que lo hayamos hecho; sólo dije que soy la Maga”. -¿Qué maga ni qué ocho cuartos!, ¿cómo entraste aquí?-. “Dejaste la llave en la puerta, deberías ser más cuidadoso”. Y tiró el juego de llaves a mis manos. “No las necesito, puedo ir a cualquier sitio al que vayas. Soy la Maga, no lo olvides”. Decido cambiar de tema, veo el piso: los vasos con restos de leche y las miguitas de galletas de chocolate: -Veo que ya desayunaron, ¿cómo se llama tu hija?-. “Nuestra hija”, me corrige, acariciando el cabello de la niña. “¿No te parece bonita?”, la niña me mira y sonríe. “Debemos ponerle un nombre, ¿qué nombre te gustaría darle, mi vida?”. –Ponle tu nombre- le contesto con frialdad. “¿Y si le ponemos un nombre tuyo y otro mío? ¿Qué te parece Carla, por ti; y Patricia, por mí?”. –Creo que este sueño está durando demasiado; voy a despertarme, si no te importa-. Y le di la espalda, yendo a la ducha. Me dejé envolver, cada vez más conciente, por el agua fría. Al salir encontré mis lentes donde los había dejado la noche anterior, sobre el lavabo. Regresé a mi cuarto, feliz de sentirme despierto… y la tal Maga todavía estaba en mi cama. Ahora sí pude verla bien: era endiabladamente bella. Hablaba con la niña: “…los lentes le quedan bien, ¿no te parece?”. La niña asintió. –Bien, bien, bien- dije, repitiendo a propósito la palabra, como para dar un discurso, pero queriendo ser breve: -Supongo que necesitan un lugar donde quedarse, veo que trajiste el diario de hoy; habrá que ayudarles a buscar un sitio, otro sitio, ver los clasificados, ¿me entienden?-. La Maga, o Patricia, o quienquiera que fuese, me miró con cara de miedo. -¿Qué pasa?-. Silencio; más cara de miedo en la Maga; y más espacio de silencio, hasta que dijo: “Está bien, no podemos obligarte a que nos quieras” (ahora con cara de perrito lastimado). “Pero tienes que hacernos un favor, y nos vamos”. -¿Un favor? ¿no querrás dinero?- le dije. ¡No! ¡Estamos en peligro; ella, tu hija, puede desaparecer en la nada; y yo, la madre de tu hija, puedo perder mis poderes!”. –Está bien, dime, ¿qué debo hacer?- con tal que se vaya esta loca, pensé para mí. “Mi magia es simple; altero las causas y los efectos; hago que surjan consecuencias de hechos aún no sucedidos… pero necesito, en algunos casos especiales, que luego de aparecido el prodigio se dé lo que lo hubiera originado…”. –Espera- la interrumpí –háblame claro-. Bajó los ojos, luego volvió a mirarme y me dijo con suavidad: “Necesito que hagamos el amor… sin preservativos, tal y como haríamos para tener una hija”. Comenzó a quitarse la ropa: cayó la blusa al suelo, cayó también el brassiere, y dos senos como frutas frescas se levantaron hacía mí, invitándome a desayunar; luego cayeron la larga falda de algodón de la India y las braguitas blancas; y había algo en su mirada… estábamos solos, la niña se había ido a la sala al inicio del diálogo… algo en su mirada; de desesperación, de súplica, que hizo que no le contestara nada, que me reuniera con ella en la cama. Hicimos el amor una y otra vez… hasta que llegado el ocaso estuvimos de acuerdo en que nuestra hija no desaparecería en la nada, y en que mi maga no perdería sus poderes.
Empezamos a convivir, saqué mis ahorros del banco; compramos dos juegos de dormitorio, uno para nosotros, otro para Carlita; y también más ropa para la Maga y para la pequeña; en fin, todo lo que es necesario añadir para que el departamento de un soltero se transforme en el departamento de una familia. Me mejoró el humor, ascendí en el trabajo, me aumentaron el sueldo… Así pasaron, deliciosamente, los días, con la Maga en casa, sin usar sus poderes; ya que, tratándose de la regularización de la regla universal de las causas y los efectos aplicada a la concepción de una hija, la Maga necesitaba descansar durante tres semanas y media. Y llegó el día veintisiete, que habíamos estado esperando para mayor seguridad. Pedí permiso en el trabajo, para salir más temprano. A las cinco de esa tarde regresé a mi casa; feliz de tener a mi Maga, a mi hija, y listo para ver los nuevos prodigios que me había prometido para cuando recuperara sus poderes. Abrí la puerta… y vi el interior del departamento, completamente vacío; no quedaba ni un mueble, ni un foco, ni siquiera la ducha en el baño. En una pared, donde habían estado mis libros, encontré escrito en letras de carlita: “¿De verdad creías en la magia?”.

ENTREVISTA


AL POETA ENRIQUE VERÁSTEGUI

*Ronald Castillo Florian



1.- ¿QUIÉN ES ENRIQUE VERÁSTEGUI?
Enrique Verástegui a parte de sus documentos de identidad, como DNI, pasaporte y su partida de nacimiento, es un hombre de su tiempo que participa en la lucha por el equilibrio ecológico, los derechos humanos y que de vez en cuando, como quien descansa, escribe unos libros, que son en mayor cantidad que los de cualquier otro escritor peruano hasta la actualidad.

2.-¿QUÉ ES LA POESÍA?
La poesía es conocimiento sensible, verdadero conocimiento, verdadero saber y es superior a cualquier otra disciplina del conocimiento humano.

3.-¿VISIÓN DE LA POESÍA EN EL MUNDO?
La poesía siempre ha cumplido su papel, pero dada la época de crisis de la humanidad en el siglo XX la poesía dejó de cumplirlo,era simplemente la manifestación caótica de un tiempo caótico, ahora en esta nueva época cuando es necesario luchar es indispensable hacerlo por la claridad de la conciencia para así iluminar al mundo.

4.-¿QUE PAPEL DESEMPEÑA EL POETA Y LA POESÍA EN LA SOCIEDAD?
El papel del poeta es escribir poesía en este mundo que está politizado ya que todo es absurdo, la poesía debe también dirigir la sociedad.

5.-¿POESÍA PURA O SOCIAL?
Es una dicotomía absurda, se debe hablar de poesía, simplemente de poesía

6.-¿EL POETA ES UN PROFETA?
Es necesariamente profeta porque la escritura es misteriosa.

7.-¿INSPIRACIÓN O TRABAJO?
La poesía es una técnica que necesita trabajo a consecuencia de la inspiración del poeta.

8.-¿QUÉ ES SER POETA PERUANO?
Ser poeta peruano es morirse de hambre en un país de analfabetos donde la cultura esta divorciada del poder.

9.-¿CÓMO SE RELACIONA LA LITERATURA Y LA CIBERNÉTICA?
El Internet es un instrumento de comunicación que no necesariamente se obtiene información. Estamos en un cambio de época tan importante desde la invención de la imprenta, que en el siglo XXI permite producir libros trascendentales.

10.-¿QUÉ SIGNIFICA LA LECTURA?
Es un placer para la mente y un modo de conocimiento, un refinamiento de la inteligencia y un enriquecimiento del alma.

11.-¿QUÉ ES LA RELIGIÓN?
Proviene de religar, unir a los hombres entorno a Dios. El poeta, en tanto que es poeta, que está en acción, que está escribiendo es como el santo padre que habla ex-catedra por lo tanto la palabra poética es inapelable e infalible.

12.-¿EXISTEN CRÍTICOS LITERARIOS EN EL PERÚ?
Existen dos tipos de críticos, los que ejercen el dominio de la opinión pública a través de los medios de comunicación masivos; y los críticos literarios, que en el caso peruano, no son académicos, existiendo críticos que tienen acceso a los medios de comunicación, y que a través de esas reseñas guían las conductas de las personas.

13.-¿QUÉ OPINIÓN TE MERECE LOS CONCURSOS LITERARIOS NACIONALES?
Para el volumen de peruanos que hay en el país debe haber abundancia de concursos y sobre todo deben tener solvencia económica. Debe haber una editora estatal para editar a tantos escritores provincianos cuyas obras no deberían perderse porque son para el bienestar de la población peruana.

14.-¿QUÉ POETA PERUANO RECOMIENDAS?
Recomiendo a Oquendo de Amat.

15.-¿CONSEJO PARA LOS POETAS JÓVENES?
Que tomen su quehacer con responsabilidad y que impriman pasión a su obra, que se entregen totalmente al proyecto al cual se han metido para cumplir con su destino. Leo poetas jóvenes para reencontrarme con la inocencia de la juventud.





TRACTATUS LOGICO-MATHEMATICUS


* Enrique Verástegui

El pensamiento se formula a través de las leyes que lo constituyen como tal, y que son las leyes de la Lógica, que, como demuestro en los esquemas que propongo, no ha sido aún propuesta como presencia de la verdadera verdad. Todo el universo del pensamiento se expresa a través de las leyes de la Lógica, que, tal como aparece en los esquemas, expresa de forma inaugural la existencia de los principios de Lógica, ni de matemáticas, no descubierto hasta ahora.
Así, los siguientes esquemas lógicos y matemáticos superan la Lógica de Aristóteles y el Principia mathematica de Bertrand Russell y Withehead.
Sin embargo, al revés de lo que propugnaba Wittgenstein, la idea preexiste al número que, no obstante, es anterior a la materia y los límites del mundo no son los del lenguaje que se extiende infinitamente allí donde el mundo socio-histórico se reduce. Por lo mismo, no son los juegos del lenguaje los fundamentos de las matemáticas sino que las matemáticas fundamentan la gramática, que es imagen.
Así, los esquemas propuestos fundan la Lógica del siglo XXI, al mismo tiempo que las matemáticas, de la misma manera que mi libro El modelo del Teorema fundó la matemática y la filosofía del siglo XXI. Agradezco a la física teórica Elena Cáceres por haberme ayudado a precisar algunos signos de las tablas que propongo.


I.LÓGICA
I A = A v -A

2. A –B
B –A
A –AB
A –BA

3. AB
A v = v = B
B v = a v A
A = a
B = B
A = AB
B = BA

4. A = C
C = A
A = AC
A = CA


II. MATEMÁTICAS
1. 1 = 1 v -1

2. 1 -0
0 -1
1 -1(0)
1 -0(1)

3. 10
1 v = v = 0
0 v 0 v = 1
1 = 1
0 = 0
1 = 1(0)
0 = 0(1)

4. 1 = 1 + 0
1 +0= 1
1 = 1(1 + 0)
1 = 1 + 0(1)

HERMENEÚTICA LITERARIA



LA VIRGEN NEGRA
Una lectura existencialista al poemario del poeta Johnny Barbieri


*Ronald Castillo Florian

Para una virgen negra busco cien acres de luz
Altares con zarzas y rosas fosforescentes
En medio de un invierno que se balancea con el viento
Busco un mausoleo con un jardín de mármol y sobre ella
Una mano de cal omnipotente creando
El mundo.


Johnny Barbieri, poeta peruano (Lima, 1966) de trayectoria ilustre y prolífica tiene publicado siete libros de magnífica poesía que cautivan y desgranan la realidad tornándola enigmática y de inmensurable vigencia. La virgen negra es un poemario publicado en el año 2003 bajo las ediciones de Noble Katerba al cual pertenece siendo, también, un digno representante del mismo.
Conocí a Jhonny a través de sus poemarios, tales como Branda y la Mesón de los pandos (1993), el libro azul (1996), Maka (1999), jugando a ser Dios (2000), carne de mi carne (2002), el libro hindú (2005) y en un taller de poesía que organizó nuestro amigo y colega el poeta Leoncio Luque en el distrito de San Luis en Lima, Perú.
He leído el poemario con mucho detenimiento y misticismo, no puedo negar que los simbolismos y metáforas son ápices importantes en el corpus del poema, al mismo tiempo que se va sintiendo un aire de posesión mortífera combinada con una esperanza venidera que no se sabe cómo pero que tendrá su realización en el momento adecuado.
El poemario comienza haciendo una descripción del lugar y la forma que se encuentra la virgen negra, hay una virgen negra en la página veintitrés de un libro de defunción, con cabellos que despliegan albas de orfebrería,/alumbrada con teas de alambres oxidados, que al día siguiente le irán a poner rosas y a prender inciensos, y tú estarás en la página acostumbrada/ con una luz alumbrando tu muerte; siendo una descripción fatalista para una “entidad” que debe, a primera intención, ser cubierta de gloria y esplendor, en este caso el poeta quiere referenciarnos la descripción correcta de la virgen a la cual va rindiendo tributo a lo largo del poemario.
Este es un poemario de fuerte contenido existencial, de exaltación y asombro, de dudas y deseos, de apocalipsis y devastaciones, pero que se va conjugando con esperanzas y gozos, con génesis y realización. Antagónicos, surrealistas, cielo/infierno que alumbran opacando la mirada; en resumen, realidad discernida y sopesada para entender la vida que se va volviendo cuando la ponemos en nuestra espalda y empezamos llevarla sintiendo el hastío del peso preguntándonos del por qué de esa carga.
También, aparece la figura de Eleanor (representando a la humanidad) a quien se le alienta a crecer, a seguir mirando al mundo por su ventana, a comprar colores para su piel, a comprar paisajes con puerta al jardín y sobre todo a luchar por los que la aman, huye hasta perderte/ y jamás vuelvas la vista hacia atrás.
Las bancas de los parques estaban cargadas de viejas cicatrices de recuerdos que jamás podrán ser borrados, buenos o malos, testigos de nuestra existencia, que nos acompañan hasta el final y después de éste, experiencias vividas, tal vez no deseadas pero que son los derroteros de nuestro yo ante los demás, por eso que algunos sueños aún no realizados, pero que se tienen en mente, son a veces de difícil concretización llegando a pensar que caminamos sin dirección el ir a no sé donde con los muñones de una utopía en la mano. Muchas veces nos alejamos, huimos, nos exiliamos para no ser testigos ni del tiempo, ni del contexto que nos envuelve, hacemos lo posible por ocultar nuestra realidad, ya que un sin fin de dudas nos va carcomiendo la razón, nos sentimos solos y abandonados antes tal situación, por ello el deseo de envejecer en un rincón cualquiera/ a solas/ y morir de un vez para que todos te olviden. Y los testigos?, siempre hay testigos, nunca falta alguien que te observa, por más oculto que quieras hacer algo, por más sigiloso, por más escueto y lacónico que intentes tu despedida, siempre hay alguien o algo que te observa, no se puede negar que la verdad siempre sale a la luz, ya que ese espía está ahí, a tu lado, junto a ti, cuando sales en la noche un ojo tirado en el suelo te ve pasar y se encarga de informar de tu proceder, ¿soledad? ¿Reclamas soledad? Donde se huya ahí estará el testigo anónimo para informar lo que hacemos, es que este mundo es así, lo oculto siempre sale, por ello los días que pensaste salir corriendo no son más tuyos los jueves están rotos son de otros también, se fascinan ante tu desdicha, hacen alarde de tu caída, qué nos espera, sólo avanzar y seguir así nos estén vigilando, total, sólo ven, por ello la recomendación del poeta: hacer todo ello que satura un simple material de extinción inmediata la noche de papel con cráneos de papel/ Con ventosas de papel y esta vida de papel/ Para hacerlas pedacitos. Justamente ese papel deshecho se vuelve muchas veces mortaja de un ser que pasó al olvido y que unos cuantos extrañarán la vida en el suelo yacía cubierta con periódicos, cuando nos sentamos a recordar ese ayer que no pasó.
Las veces que intentamos escapar de nuestra realidad lo hacemos siguiendo nuestra propia huella ya que éstas nos indican donde estuvo el error y el acierto, es en ella donde corregiremos los desatinos cometidos cuántas veces te he seguido para marcharme de ti por que esa es la única forma de huir, el error no sólo conduce al error sino también a lo correcto porque en nuestra conciencia alguien nos dice que en torno a ti el mundo da vueltas por siempre.
Eleanor sal de tu escondite/ Manda al diablo tu muerte es el grito universal de toda la humanidad, mandemos al diablo a la muerte y que no sea esa piedra que estorba, y si es inevitable que no duela, aunque la peculiaridad de la muerte es eso, dolor al que la padece y dolor a quien lo presencia, tus ojos permanecen aún pintados en un papel/ sobre un rincón hecho de olvidos que siempre recuerdo y un alud de terror se levantaba ante mis ojos/ la planicie de vacíos se esparcía por todos los rincones aprisionándome en el silencio de tu grito cada vez que suelo recordar el dolor de estar cerca y lejos de tu presencia, parece decirnos el poeta.
Jonnhy Barbieri es un poeta de los noventa que comenzó a marcar hito en el mundo de la poesía, a pesar de su gesta afable de bellos poemarios no es muy difundido por menesteres propios de grupos poéticos que suelen atinarse como lo mejor en producción literaria o que cuentan con un caudal de "manager" dispuesto a sacar el ojo con tal de ver a otros y no al mejor sobresalir. Leer a Barbieri es descubrir no sólo el pensamiento de los jóvenes de su tiempo, sino de ir en búsqueda de caminos hacía una realización insondable de la vida, la Virgen negra, Eleanor, y todo lo sangriento, mortífero, esperanzador y gozoso nace en un poemario que merece ser leído con mucha atención para ir descubriendo, al igual que los evangelios, nuevos significados cada día. No sólo me he quedado absorto ante los poemas, sino también exhortado a procurar un cambio, aunque utópico, a la vida que me precede. Agradezco a Johnny y pido disculpas por haberme atrevido de interpretar de esta manera insulsa su poemario que dependiendo la visión de lectura reluce nuevos brillos cuando se retorna a él, De la sierra central del Perú quedó petrificado/ Yo la vi morir/ Yo morí con ella.

U N I Ó N L I B R E


Leoncio Luque (Puno, 1964)

LA BELLEZA DE HUMO EN LA BOCA
Allí detenida para siempre
yo soy la ballena de humo
en la boca de Jonás
el que duerme con la car sobre él
y por sus piernas largas corre
como tren demencial.

Yo soy la sombra del halcón con sus rodillas y sus muslos
soy el insecto devastado
que acaba con los dedos de frutilla abrillantado
y hace nacer una ojera que amordaza desde el cielo
y desde elcielo
se etiene
para verte
y amarte.


Pedro perales (Lima, 1961)

Como si nada existiera

Como si nada existiera
como si todo fuera creado o increado
como si a lucha de contrarios tuviera
grandes razones de ser o no ser
por esas conmiseraciones, por esas
raudas formas de hacer o rehacer estas
impensadas formas de poesía.


Johnny Barbieri (Lima, 1966)

SEIS
Veintidós flores han crecido en el jardín del horror con el miedo de Juan
Cuatro caballos han muerto sacrificados uno tras otro por el amor a los niños pobres como Juan
Los ojos azules de Juan han desaparecido robados por un ladrón de Dvorak para venderlos en un mercado de baratijas
Dos gatos se han servido de la cena de Juan y la noche ha crecido por dentro hasta hacerse un manojo de lumbre para iluminar el abismo por donde caigo todos los días
Los vuelos de las aves son flechas que Juan va tirando con destreza hacia el horizonte donde nace la vía láctea
Trescientos veinte cuerpos fueron apuñalados en un tranvía que va al sur en presencia de Juan y Juan ha llorado por todos y la luz se ha hecho monótona desde entonces a los ojos de Juan
Un hombre pobre como Juan palidece en un rincón de la noche donde la náusea exhuma memorias casi inaprensibles
Doce gotas de agua mojan el miedo de Juan
Un ladrillo edifica la historia de Juan
Juan hijo de Rená vive entre nosotros y está creciendo a nuestro lado.



Denisse Vega (Trujillo, 1986)

Pizarnik
He hallado la vida mezclada
entre los colores de la muerte
al amado entre los ojos violentos
de un canto vacío
nadie sabe que las últimas bocinas
que se oyen en las calles
son las de mi corazón
que existe un piedra que extiende los brazos
para abrazar el ardiente musgo de mi aliento
nadie me ve cabalgando desnuda
sobre el lomo tibio y esmeril de la poesía
cuando el silencio me dispara en la boca
y el horror vomita mi luz ensangrentada
con los molidos cráneos de mis sueños.


Manuel Cadenas (Lima, 1966)

he deseado el poema perfecto
he deseado el poema perfecto la perfecta armonía
la perfecta furia de mis dedos ácidos de nadas
de otras tantas / de éstas

pero ya no soy el de antes el de aquel tiempo
de vocablos azules como un picasso extático
no soy el de los astros oscilantes
y las plataformas de extravíos

hoy no soy

ni fui como haber hube de haber sido
ni tengo el poema perfecto en ninguno de mis dedos imperfectos
y la armonía es un vaso de agua derramada y lánguida
y las nadas
nadas son siempre
bajo mis brazos silentes y obstinados

los adjetivos caen como palomas en vuelo

ya nada
ya el sol solamente soledad registros de elocuencia muda
y un dulce despertar lunar de apariencias antiguas
es como un sueño
sólo que no es un sueño sino un despertar
de apariencias antiquísimas
un agridulce intercambio de fracasos y medallas falsas
y me va doliendo pronto a pronto haber deseado algo perfecto:
el poema / el sol / la armonía / los dedos
el ya no ser el soy
tal vez la diáfana probabilidad de ningún otro
y ese sólo insuficiente
que es la real realidad
que supervive
muy a su pesar
y poco al nuestro

pero ya no soy el de ayer
es obvio -pero es-:
el de venados puros
el de verdades serenas
el puro el casto el cándido animal
de especie extinguida
ni nadie creerá cuándo cómo en quién en dónde
fue a parar toda paz de llantos claros.


Roxana Crisólogo (Lima, 1966)

Voces
que me temo
no sólo respiraré
sino habitaré
oscuras emanaciones de gas
cuenten mi tos
cuenten todo aquello
que me hace de aquí
un empecinado reflejo
de la vacuidad
de un sueño que insiste
en reproducir carne

el cuerpo
que se dejó crecer
en los tubos
que abordan la tierra

la ausencia de granos
que los campesinos
se sientan a contar

todas esas venas
de un lenguaje sordo
y anímico
que el tacto no distingue
y el desierto
en su repetición de mareas
se atreve a dejar caer.



Ronald Castillo (Cañete, 1979)

Teleológico
hilemórfico
Concupiscible
incorpóreo
hipotético
eran mis conceptos
cuando perdí tus ojos,
ahora en tu sonrisa
enajenado al espacio
mi estabilidad paupérrima
es entelequia cósmica
que en suspiro ontológico
se hace silogismo esencial,

… Lleno de Parámetros oníricos
sublimo tu sonrisa,
codificando mis morfemas
amando tu nombre:
La muerte miente
TUS LABIOS
SON L A V E R D A D.