martes, noviembre 06, 2007

YO ES OTRO
CÓMO REINVENTAR POESÍA

Por: Roxana Crisólogo

Hablar de la obra poética de Johnny Barbieri hace ineludible refererise a Noble Katerba (NK) grupo literario que él fundara junto con otros poetas de la Universidad Nacional Federico Villarreal, una noche oscura de 1990. Noche oscura de apagón, coches bomba y salones vacíos que obligaban a echarse a caminar por la bulliciosa avenida Colmena o a sumergirse en la acogedora calidez de alguno de los bares que rodeaban la universidad. NK surgió en un escenario universitario hostil y fue fiel reflejo de una época donde la violencia excesiva te obligaba a callar e ensimismarte. Las grandes definiciones no sólo literarias sino políticas así como los manifiestos y posicionamientos como grupo las dejaríamos para después. Mientras tanto los poetas iban a construirse un cuarto propio. Escritura como muro de contención, como búsqueda de placer en sí mismo y felicidad, como goce de imagen y pared que separe y a la vez proteja del mundo.
Fue en una de esas noches oscuras de 1993, en la que Johnny sacó a la luz su primer poemario. Branda y la Mesón de los Pandos, libro de corte surrealista, de pulsaciones alimentadas por una vitalidad sorprendente, poco o nada tenía que ver con un escenario ensombrecido por el pesimismo y el miedo, el Perú de inicios de los 90. Johnny se convirtió en el primer integrante del grupo en publicar. Desde entonces, nos ha entregado 9 libros. Lo que lo convierte en uno de los poetas más prolíficos y constantes de su generación.

Desde El libro Azul (1996) su segunda entrega y los que le siguieron: Maka (1999), Jugando a ser dios (2000), Carne de mi carne (2002), La virgen negra (2003), Libro Hindú (2005) y Viajando a Nairobi (que obtuvo el premio Horacio en el 2003) publicado en el 2006, la vocación de Johnny como creador de un universo poético más que de libros individuales ha consolidado una de las propuestas más originales vistas en la literatura peruana última.Libro tras otro ha conseguido mantener la coherencia de un lenguaje como mecanismo de producción de placer, sonido y melodía. Línea vanguardista y experimental en la que la palabra parece desbordarse gracias a una corriente
de fuerza arrolladora y que deja fluir la imaginación.

Si bien el juego de acumulación de imágenes, al cual Johnny recurre en ciertos pasajes de sus poemas, así como el carácter hermético de las mismas, podrían parecer excesivos, esto no es más que un riesgo al que se somete el autor y que a su vez responde a un objetivo lúdico. Una lectura continuada y total de este flujo de imágenes que rítmicamente se suceden unas a otras no busca otra cosa que invitarnos a un viaje por la sensorialidad del autor o provocarnos un viaje personal, un trance sujeto a un sinnúmero de significancias. Esta es una característica imprescindible en toda su obra que se presenta como una partitura musical.

En su último libro
Yo es otro, Johnny se propone redondear una propuesta aún más arriesgada y que ha coexistido de manera transversal en sus 7 últimos poemarios. Yo es otro es un libro que resulta particularmente difícil comentarlo sin dialogar con los poemarios, del mismo autor, que le anteceden así como con ciertos poemas que forman parte de la tradición literaria universal. Como su nombre lo sugiere, el autor del poemario es deliberadamente un ser anónimo, un otro, sin nombre. Aquí el nombre / la autoría deja de ser relevante y pasa a ser mera referencia.Yo es otro, es una propuesta de cómo hacer poesía y a su vez de cómo destruirla. Al intervenir poemas que forman parte de la inmaculada tradición literaria universal, Johnny afirma la temporalidad de la obra poética, la cual a su criterio es susceptible de ser retomada para reinventarla, destruirla y por qué no superarla.

De esta manera nos encontramos con un conjunto de 20 textos, todos recreaciones de poemas de autores de la talla de César Vallejo, Eduardo Eielson, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Arthur Rimbaud, Alejandra Pizarnick, por citar solo unos nombres.La inclusión de pie de páginas al finalizar cada poema (o versión del mismo) viene a darnos pistas del poema de origen, nombre del autor y del poema, número de versiones que corresponden al poema y las veces que éstas han sido publicadas en otros libros de Johnny. Pistas que nos serán de utilidad para seguirle el trayecto a los poemas que conforman el libro y que a su vez dejan una puerta abierta para los textos que vendrán.

Pues fiel a la lógica de Johnny, una se arriesga a afirmar que las versiones de los poemas que aparecen en Yo es otro puede que no sean la última versión / recreación del autor.Yo es otro, en este sentido, no es un libro terminado pues obedece a un ambicioso proyecto que va desarrollándose como un proceso de evolución interna de la obra, en cada uno de los libros publicados por él y que obliga a una lectura de todos. Impone la necesidad de seguirles el rastro.

Muchas veces si decimos que la impresión que queda después de terminar de leer un libro es que éste no ha concluido, tiene una connotación negativa, en el caso de Yo es otro esta afirmación adquiere un horizonte totalmente distinto. Es verdad, los poemas podrían no llamarse versiones finales sino puertas abiertas a corredores sin fin.

Este proceso de corrección infinita llevado al extremo por parte del autor no sólo propone la destrucción del sujeto poético único y su reemplazo por uno múltiple, sino que apunta a la desacralización del sobrestimado Yo poeta. El producto es un poema en permanente construcción, poema como espacio abierto que puede o no puede ser retomado e intervenido no sólo por Johnny sino por algún otro poeta o lector que acepte la aventura, el reto.

Después de leer este excelente último poemario de Johnny Barbieri, queda la curiosidad de lo que vendrá, qué otros tejidos será capaz de urdir con tal maestría el autor? por lo pronto lo más recomendable es volver a sus libros anteriores, diría, imprescindible. Caeremos en las redes del autor formaremos parte de este círculo interminable, de esta fuente inagotable que es la creación.